El Partido Verde de Francia (Ecologistas Verdes) pide que se prohíban los viajes privados en avión. La propuesta cuenta con un importante apoyo debido a las elevadas emisiones de carbono de los jets privados y a la injusticia de una prohibición nacional vigente de los vuelos comerciales cortos que afecta al ciudadano francés medio, pero no a los que tienen una riqueza extrema.
Dado que el sector de la aviación es uno de los principales emisores de carbono del mundo, Francia ha impuesto restricciones a los viajes aéreos comerciales. El año pasado, Francia prohibió los vuelos nacionales para los viajes que pudieran hacerse en menos de dos horas y media en tren, a menos que conectaran con un vuelo internacional. Sin embargo, los aviones privados quedaron exentos de esta prohibición.
A informe publicado el año pasado por Transport & Environment, un grupo que promueve un transporte más limpio, calcula que los viajes en jet privado provocan entre cinco y catorce veces más contaminación por pasajero que los viajes en avión comercial y cincuenta veces más que el viajero medio en tren.
El estudio también muestra que Francia tiene el mayor nivel de emisiones de los jets privados de la Unión Europea. Aproximadamente el diez por ciento de los vuelos con origen en Francia en 2019 se realizaron en aviones privados. Muchos de ellos eran vuelos más cortos a lugares populares entre los ricos, como la Riviera Mediterránea. Los vuelos privados de multimillonarios están siendo rastreados en las redes sociales, y la mayoría en Francia cuestiona cada vez más los privilegios de los más ricos.
El líder de Los Verdes y diputado de la Asamblea Nacional francesa, Julien Bayou, tiene previsto presentar un proyecto de ley para prohibir los viajes en avión privado en Francia. Enmarca la cuestión como una de "justicia e igualdad". Bayou argumenta: "Hacer la transición ecológica exige que todos pongan de su parte, y si los superricos, los supercontaminadores, se benefician de superexenciones, no podremos salir de ella". También se plantearía apoyar la prohibición de otros medios de transporte privados que consuman mucha energía, como los yates.
El Ministro francés de Transportes, Clement Beaune, está de acuerdo en que la desigualdad no puede continuar: "Ciertos comportamientos ya no son aceptables. Tenemos que actuar para regular los vuelos en jets privados. No puede haber un medio de desplazamiento individual por comodidad en un momento en que la campaña del Presidente exige a todos un esfuerzo". Por otra parte, el portavoz del Gobierno francés, Olivier Veran, afirma que restringir el uso de los jets privados es esencial para señalar a los franceses que las mismas reglas se aplican a todos: "Tiene un valor simbólico, y los símbolos son importantes. Los franceses no deben tener la sensación de que siempre se pide un esfuerzo a los mismos, es decir, a las clases trabajadoras y medias".
A pesar de estas preocupaciones, el gobierno francés no está dispuesto a llegar a una prohibición total de los jets privados porque considera que desempeñan un papel importante en la economía. En su lugar, el Gobierno está explorando opciones para limitar los viajes en jet privado y mitigar el impacto que tienen sobre el clima. Se está estudiando un impuesto específico sobre el uso de jets privados, que se destinaría a programas de compensación de emisiones de carbono, así como restricciones a los vuelos más cortos.
Francia también tiene la intención de plantear la cuestión al resto de la Unión Europea. Beaune sugiere que lo ideal sería una actuación coordinada de toda la Unión Europea, en lugar de que Francia actúe sola. Tiene previsto debatir esta cuestión con sus homólogos europeos en otoño.